"Bollycaos" caseros

Hace tiempo en casa hice unos bollos suizos que no me salieron muy bien porque no amasé lo suficiente. Desde entonces nunca más hice ningún bollo con masas dulces leudantes porque pensé que todo sería tan duro como aquellos bollos. Aunque debo decir a mi favor que lo que es el sabor estaba muy bien, porque si quitabas la corteza dura como una piedra por dentro había una masa tierna que sabía bastante bien.
Toda esta parrafada rollesca me lleva al martes, día en que el fui al supermercado y me pasé por la sección de bollería. Vi un paquete de Bollycaos, de cuatro, algo renovado, y me acordé de aquellos días (unos dos al año, porque mi madre no quería que comiera bollería industrial) en los que llegaba del cole por la tarde y en casa me esperaba uno para merendar.


Comprar cuatro me parecía una exageración y una cantidad de comida que no quería comer, ya que intento comer mejor, así que me fui a una tienda de chuches con la esperanza de encontrar paquetes individuales. Así fue, así que cuando llegué a casa lo abrí y... vaya, algo había cambiado. Yo no sé si es cosa de Panrico o qué, porque lo mismo con los Donuts, que no hay ni uno que sepa como los de antes, pero le faltaba algo. Estoy segura de que los de antes no sabían así. Y hay gente que respalda mi opinión.


Ése, amigos, es el envoltorio de la felicidad. Por aquel entonces, años 80-90, el Bollycao gustaba más que el Kinder Sorpresa. Entre mis amigos lo que más nos gustaba era poder coleccionar los Toy's. ¿Os acordáis? Toi salao. Toi cocido.


Pues bien, ahora que ni el bollo sabe bien, ni viene con cromos coleccionables como antes, a mí ya no me compensa comprarlo. Pero como estaba melancólica, decidí hacerlos en casa a ver qué tal, y si era necesario ir modificando la receta para poder hacerlos como los de antes. Aquí os dejo los ingredientes para unos diez Bollycaos, que en sí son bollos de leche con chocolate por dentro.
Si seguís la receta paso a paso os saldrá un bollo muy esponjoso y tierno, no demasiado dulce y muy muy rico. Pero, a no ser que seáis unos locos del chocolate, os recomiendo poner una capa fina de relleno. Yo puse un hilo gordote de Nutella y bueno, no soy una apasionada del chocolate y me parece demasiado empalagoso, pero vamos, que se puede comer igual (yo me zampé uno en segundos).



Ingredientes (todos a temperatura ambiente):
525gr de harina de fuerza
1 pizca de sal
60gr de azúcar
1 cucharada sopera de vainilla
1 huevo
250ml de leche (si es entera o fresca mejor)
50gr de mantequilla sin sal
1 sobre de levadura fresca, de panadería (unos 25gr)

Chocolate para rellenar, o bien en tableta o Nutella/Nocilla. Yo puse Nutella porque me encanta, pero podéis poner una fila de cuatro pastillitas de chocolate dentro si lo preferís.
1 huevo batido para pintar

Preparación:
Lo primero es hacer la masa dulce. Calentamos un poco la leche, para que esté tibia, no caliente, y disolvemos en ella la levadura. En un bol ponemos todos los ingredientes menos la leche, que irá al final. Ponemos la leche y vamos mezclando hasta que tengamos una masa pegajosa y húmeda, sin forma, y en este momento amasamos. No sabría deciros cuánto tiempo estuve amasando (puede que fueran diez minutos), pero sí que no usé más harina para que la masa estuviera flexible y no pegajosa, simplemente amasé mucho y muy bien con una técnica que podréis ver pinchando aquí. Una vez que tengáis la masa estupenda la ponéis en un bol, tapáis y dejáis que suba. En verano este proceso tarda una hora más o menos, yo no tenía mucha prisa y, al ser invierno, la tuve dentro del horno apagado toda la noche hasta que dobló de tamaño. Si no queréis estar tanto tiempo esperando podéis encender el horno y calentarlo entre treinta y cincuenta grados durante un par de minutos, apagar y poner la masa dentro con cuidado de que no se pase.
Una vez que tengáis el doble de la masa le dais unos golpecitos para sacar el aire y amasáis un poquito en la mesa. La enrolláis haciendo un canutillo larguísimo y vais cortando en diez porciones más o menos iguales. Las estiráis en forma de rectángulo, ponéis en el medio el relleno (que oye, también puede ser mermelada o fruta confitada, en sí esto es un bollo de leche relleno) y cerráis envolviendo como si fuera un saco: primero juntáis los lados largos, apretáis con el dedo para sellar bien y luego los lados pequeños de la misma manera. Cuando tengáis todos hechos los ponéis en papel de horno sobre la bandeja del mismo horno, los tapáis y dejáis levar media hora o una hora, hasta que hayan subido otra vez. Yo calculé una hora, y cuando quedaban quince minutos de levado empecé a calentar el horno a 180º sin ventilador.

Con los bollos ya levados no queda más que pintarlos con el huevo batido y hornear a 180º durante unos diez minutos, o hasta que veáis que están doraditos, que igual necesitáis más tiempo según el horno que tengáis. Si no los coméis todos podéis congelarlos en bolsitas y calentarlos al micro el día que vayáis a degustarlos, será como comerlos recién hechos.



VÍA: Recetasmierdaeuristas.